Hola generación X. Mantente saludable y la realidad no te golpeará.
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En este artículo, leerá sobre lo siguiente:
- La generación X se encuentra en el momento de su vida en el que los problemas de salud comunes relacionados con la edad empiezan a aparecer.
- Ser proactivo es la mejor manera de anticiparse a cualquier problema de salud que pueda afectar su calidad de vida.
- Colabore con su médico o profesional especializado para estar al tanto de su salud y elaborar el mejor plan para sus objetivos de salud y bienestar.
A la Generación X le gusta recordarle a todo el mundo que ellos crecieron a base de manguerazos y negligencias. Para muchos, esto puede ser exagerar un poco las cosas. Sin embargo, la generación X se encuentra, en términos generales, en el punto de la vida en el que los problemas de salud relacionados con la edad empiezan a aparecer, entre ellos, aquellos relacionados con la época en la que estaban un poco menos pendientes del cuidado personal. A continuación, presentamos una lista de los problemas de salud más comunes que pueden empezar a aparecer entre los 40 y los 50 años y las formas de afrontarlos que pueden ayudarlo a mantenerse lo más saludable posible a medida que envejece.
Hipertensión. Para la mayoría de las personas mayores de 40 años que nunca han tenido problemas con su presión arterial, un diagnóstico de hipertensión limítrofe supone una completa sorpresa. Si bien esta es una alerta de salud bastante común, es un buen momento para tomarse en serio los cambios que pueden afectar su presión arterial: reduzca su consumo de sodio, coma de manera más saludable y tómese el tiempo para hacer ejercicio con regularidad. Estos ajustes en sus hábitos pueden ayudarlo a evitar un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco.
Colesterol alto. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU. informan que 95 millones de personas mayores de 20 años tienen niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl, y solo 43 millones (55 %) de las personas que podrían beneficiarse de medicamentos para controlar el colesterol actualmente los toman. Una de las razones de esto es que el colesterol alto no presenta síntomas. Estas estadísticas, combinadas con los resultados de las investigaciones que correlacionan un mayor riesgo de enfermedad cardíaca con niveles de colesterol incluso ligeramente elevados en personas entre 35 y 55 años, hacen que sea muy importante que cualquier persona mayor de 40 años se haga un sencillo análisis de sangre necesario para controlar los niveles saludables de colesterol a medida que envejece.
Cáncer de piel. El sol es uno de los peores enemigos de nuestra piel y muchos de nosotros no usábamos protección solar cuando éramos niños. Se estima que el 90 % del envejecimiento de la piel se debe a la exposición al sol y que, a los 41 años, una persona promedio ha acumulado un 74 % de la exposición al sol de toda su vida. No es de extrañar que 1 de cada 5 estadounidenses desarrolle cáncer de piel a los 70 años. Puede reducir su riesgo de desarrollar cáncer de piel usando protector solar regularmente cuando esté al aire libre y visitando a un dermatólogo anualmente cuando cumpla 40 años.
Salud del hígado y los riñones. El envejecimiento es un factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas, especialmente las relacionadas con el hígado y los riñones. El hígado tiene una notable capacidad de regeneración, pero después de los 40 años, el volumen y el flujo sanguíneo del hígado disminuyen gradualmente, al igual que su capacidad de producción celular. El envejecimiento juega un papel importante en la gravedad y la capacidad de recuperación frente a diversas enfermedades hepáticas, entre las que se incluye la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la enfermedad hepática alcohólica, la hepatitis C y el trasplante de hígado. Los riñones envejecidos y sobrecargados no son tan resistentes como los riñones más jóvenes y, como tales, se vuelven más susceptibles a la enfermedad renal crónica, el síndrome nefrótico, los desequilibrios electrolíticos y la enfermedad renovascular. Unos sencillos análisis de sangre y orina pueden controlar su función hepática y renal a medida que envejece, y las conversaciones periódicas con sus médicos deben incluir el control de cómo los medicamentos que toma están afectando la salud de su hígado y riñones.
Infecciones del tracto urinario. Las infecciones de vejiga, riñón y uretra son problemas típicos que pueden afectar a su tracto urinario. A medida que envejece, su vejiga cambia. El tejido elástico de la vejiga tiende a volverse más duro y menos elástico con el tiempo, lo que reduce la cantidad de orina que puede contener.
Además, los músculos de la pared de la vejiga y del suelo pélvico pueden debilitarse y dificultar el vaciado completo de la vejiga. La combinación de síntomas puede hacer que la orina permanezca en la vejiga por más tiempo y, cuando la orina permanece en la vejiga por mucho tiempo, es más probable que se produzcan infecciones del tracto urinario.
La preocupación más importante es que las infecciones de la vejiga puedan extenderse a los riñones, lo que puede provocar problemas más importantes. Hay muchas cosas que pueden contribuir al deterioro de la salud del tracto urinario: sobrepeso, diabetes, poca actividad física, medicamentos, tabaquismo, estreñimiento, alcohol, cafeína, dieta y lesiones pélvicas.
La mejor manera de anticiparse a cualquier problema es hacerse exámenes físicos periódicos y comunicarse abiertamente con su médico para que pueda realizar pruebas sencillas para preservar la salud de su tracto urinario.
Osteoartritis. El envejecimiento puede afectar negativamente a algunas personas más que a otras, especialmente en las articulaciones. La osteoartritis es la degeneración del cartílago y el hueso de las articulaciones que causa dolor y rigidez en las articulaciones, más notablemente en las caderas, las rodillas y las manos.
El envejecimiento afecta a todo el sistema musculoesquelético a medida que nuestros huesos pasan por un proceso llamado remodelado. En nuestro cuerpo se produce una continua absorción y reformación ósea debido al proceso de remodelado, y esto conlleva una pérdida ósea que hace que nuestros huesos se vuelvan menos densos y más frágiles.
También sabemos que el sobrepeso aumenta el riesgo de osteoartritis, por lo que la mejor medida proactiva que puede tomar para ayudar a reducir el dolor asociado con el proceso natural de envejecimiento es considerar el ejercicio como algo esencial, no opcional, y consultar a un médico si experimenta cada vez más molestias en las articulaciones. Si su dolor es persistente e intenso, existen opciones seguras y efectivas para el manejo del dolor.
Depresión y ansiedad. Sentirse deprimido o ansioso ocasionalmente es una parte normal de la vida, pero la depresión clínica y la ansiedad no controlada no son aspectos normales del envejecimiento. Los adultos mayores tienen un mayor riesgo de experimentar ansiedad y varios tipos de depresión clínica. Esto suele estar relacionado con problemas de salud, una socialización reducida, el estrés, el consumo de sustancias y otros cambios importantes en la vida, incluida la menopausia.
La buena noticia es que la depresión clínica y la ansiedad son condiciones médicas tratables. La clave es comunicarse con sus proveedores de cuidado a través de conversaciones abiertas y transparentes sobre los cambios adversos persistentes en sus sentimientos.
Lidiar con los desafíos del bienestar mental a medida que envejecemos consiste en aprender a ser más observador, comunicativo y abierto a invitar a sus seres queridos y proveedores de cuidado a que ayuden a abordar los problemas lo antes posible.
Para envejecer bien y reducir la aparición y la gravedad de problemas de salud comunes, coopere con su médico para elegir mejores alimentos, hacer ejercicio con regularidad, mantener un peso corporal saludable y hacerse exámenes y chequeos según lo recomiende su médico. Si lo hace, no hay ninguna razón por la que no pueda vivir sus años más saludables y felices después de los 40 y mucho más.
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